Impresiones sobre el congreso de las asociaciones de científicos cristianos británica (CiS) y estadounidense (ASA) en Edimburgo, agosto de 2007
Pablo de Felipe
Entre los días 2 y 5 de Agosto, he asistido por primera vez al congreso de la asociación británica de científicos cristianos "Christians in Science" ("cristianos en la ciencia", cis.org.uk) celebrado en la Universidad de Edimburgo (Escocia, Reino Unido). En esta ocasión ha sido co-organizado con la asociación homóloga en Estados Unidos (The American Scientific Affiliation, www.asa3.org).
Ha sido una reunión muy estimulante, con unos 300 participantes que cubrían un gran abanico de disciplinas científicas y teológicas, incluyendo también filósofos, historiadores, educadores y alguna otra profesión. El intenso programa de conferencias contó con un gran despliegue de conferenciantes en cuatro sesiones plenarias y tres sesiones adicionales en las que se trataron cuatro temas en paralelo.
La primera sesión plenaria ("Nuevas fronteras en el cuidado del planeta") se abrió el día 3 con la conferencia de Sir John Houghton, co-responsable del asesoramiento científico del Panel Intergubernamental del Cambio Climático, IPCC (1988-2002) y catedrático de física atmosférica en Oxford (1976-1983), titulada "El desafío del calentamiento global", donde se nos expusieron los más modernos datos sobre esta peligrosa amenaza ecológica. Houghton terminó con una llamada de atención a los presentes, en especial los provenientes de EE.UU, a servir de influencia positiva para que este desafío sea tomado en cuenta en nuestras sociedades. Los otros tres ilustres conferenciantes (Sir Ghillean Prance, Bob White y Calvin DeWitt) insistieron en ese mensaje. También se comentaron diversos pasajes bíblicos relevantes en relación con nuestra responsabilidad hacia la creación de Dios.
La primera sesión paralela de la tarde se dividió en cuatro temas: (1) la religión y la aparición de la ciencia moderna, (2) bioética I, (3) teología y ciencia moderna, (4) adecuando la tecnología I: agua, energía y puentes. Asistí a la primera de ellas en la que tuve la oportunidad de conocer a Lydia Jaeger, doctora en físicas y directora de estudios en el Instituto Bíblico de Nogent (Francia), que conoce y está en contacto con el SEUT, y con quien esperamos colaborar en el futuro desarrollo de nuestra área de ciencia y fe. En su charla expuso varias reflexiones interesantes sobre la idea de contingencia, contrastando su significado en la tradición griega y en la Biblia, así como las consecuencias correspondientes para la ciencia. Al final habló sobre algo que llamó mi atención, la filósofa actual Nancy Cartwright, que defiende el abandono de la idea de leyes naturales debido a la desaparición de la idea de un legislador (divino). Se trataría de una especie de preocupante de-construcción de la ciencia como consecuencia del abandono de la fe en el creador. Las otras dos charlas incluyeron abundante material ilustrando, precisamente, el efecto contrario, cómo la ciencia moderna se construyó gracias a la influencia positiva que el cristianismo tuvo a lo largo de la historia sobre la ciencia, desde la antigüedad a la modernidad. Todo ello ayuda a plantearse la importancia que el cristianismo ha tenido, y que podría seguir teniendo, en el sostenimiento de una cosmovisión que hace posible la ciencia...
La segunda sesión paralela se dividió en: (1) creación, caída y sábado, (2) ciencia y religión en el siglo XVII, (3) cuidado ambiental, (4) adecuando la tecnología II: alimentando al pobre. Otras dos mini-sesiones fueron (5) filosofía de la ciencia y (6) profecía y geografía. Asistí a la segunda, donde se trataron temas diversos dentro del contexto del siglo XVII como la teología natural, la idea de los "dos libros de Dios" y algunas de la ideas del científico y teólogo británico John Wallis.
Y para finalizar un día tremendamente intenso, tuvimos una conferencia especial por el conocido teólogo de la universidad de Oxford (y también doctor en química) Alister McGrath: "Nuevas fronteras en ciencia y fe". McGrath habló del principio antrópico y defendió la vigencia de una nueva versión de la Teología Natural en la que lo que se busca no son tanto pruebas irrefutables de la fe al estilo de William Paley, ni un nuevo dios-tapa-agujeros, sino una "resonancia", una "consistencia" entre ciencia y fe, un dios-de-lo-que-conocemos. Para ilustrarlo, podemos fijarnos en dos citas que McGrath utilizó. Una de C.S. Lewis: "Creo en el cristianismo como creo que ha salido el sol: no sólo porque lo veo, sino porque gracias a él veo todo lo demás.", algo que me llamó mucho la atención, pues es la cita que he colocado en la primera página de mi biogafía de C.S. Lewis recientemente publicada. La otra era de John Henry Newman: "Creo en el diseño porque creo en Dios, no creo en Dios porque vea diseño." En paralelo lanzó un esperado ataque al ateísmo "científico" del biólogo Richard Dawkins, cuyos libros están ampliamente difundidos en español, aunque no así las críticas que ha recibido en dos libros específicos y recientes de McGrath (y en otros de diversos autores cristianos).
Alister McGrath
El día 4 se abrió con la segunda sesión plenaria ("Nuevas fronteras con genes y evolución") en la que quisiera resaltar tres conferencias. Simon Conway Morris, catedrático de paleontología en Cambridge, habló sobre "Tiene la evolución una estructura profunda, y si es así, ¿cuáles son las implicaciones teológicas?. Morris expuso varios ejemplos de evolución convergente que se observan al comparar diversas estructuras entre animales completamente diferentes. Es como si, para determinados "problemas" biológicos, hubiese una única solución biológica a la que todos los organismos tienden, algo que se parece bastante al principio antrópico de los físicos y cosmólogos. La conferencia de Ernest Lucas, doctor en bioquímica y en lenguas bíblicas, y vicedirector del Seminario bautista de Bristol, se tituló "Interpreantando Génsis 1-3". Hizo hincapié en la necesidad de interpretar estos textos cuidadosamente, teniendo en cuenta qué tipo de lenguaje emplean, qué tipo de literatura son, el auditorio, el propósito y el contexto extra-bíblico. Me resultó muy interesante comprobar los paralelos entre sus tesis y las que he expuesto recientemente en dos conferencias en Madrid durante el mes de abril y que han sido mencionadas en este foro (disponible en http://www.delirante.org/noticias/pablo.html). Finalmente, la conferencia del bioquímico y actual director del Instituto Faraday (centro dedicado a estudios de ciencia y fe en Cambridge), Denis Alexander, se tituló "Evolución darwinista; las cuestiones realmente difíciles". De forma directa y sin titubeos, Alexander abordó los dos temas que considera más complejos para la aceptación de la evolución biológica desde el cristianismo: (1) el problema del sufrimiento y la muerte a lo largo de millones de años de evolución y (2) la interpretación de los personajes de Adán y Eva. Alexander trabajó más en exponer los problemas y aportar ideas para su resolución que en dar una solución definitiva. Respecto al primer problema, considera que la biología nos ofrece una "package deal" (algo así como un acuerdo cerrado), en el que la vida y la muerte son inseparables, aunque el cristiano debe tener en cuenta que otras realidades (la "muerte espiritual" y la "muerte segunda"). Se pregunto si tal vez esa no sería la única manera para Dios de obtener seres humanos libres en relación con Él. En cuanto al segundo problema, expuso cinco soluciones que se han propuesto: (i) modelo ahistórico en el que la historia de Adán y Eva es la historia del pecado de cada uno de nosotros, (ii) el punto de vista del gradualismo protohistórico en el que la conciencia de Dios apareció de forma progresiva y ese Dios fue "rechazado", (iii) la idea de un "evento" protohistórico, en el que Dios se relaciona de una manera especial con unos individuos del neolítico, es rechazado, y Adán sería el representante "federal" de la humanidad, (iv) la visión del creacionismo de la tierra antigua en el que la muerte existe antes de la creación directa de Adán y Eva, pero no afectando a los humanos, (v) la visión del creacionismo de la tierra reciente que situaría estos acontecimientos dentro de una historia de no más de unos 10,000 años. Alexander se inclinó claramente por el modelo C que defendió con cierto detalle.
Simon Conway Morris
Ernest Lucas
Denis Alexander
La tercera sesión plenaria ("Nuevas fronteras en neurociencia") incluyó la discusión sobre la posibilidad de usar el principio de incertidumbre de Heisenberg o las teorías del caos para romper el determinismo, como requeriría una posición "libertarianista"/dualista del libre-albedrío. En ciertos casos las discusiones se hicieron bastante técnicas, un anuncio de lo que estaba por venir, ¡especialmente en la cuarta sesión plenaria!
A continuación vino la tercera sesión paralela, divida en (1) Darwin, evolución y Dios, (2) bioética II, (3) ¿genes de diseño? Evolución, genética y diseño inteligente, (4) adecuando la tecnología III: comprometiendo a los estudiantes de ciencia e ingeniería en el servicio a los pobres. Asistí a la primera sesión de la que me llamó especialmente la atención el detallado estudio histórico del historiador de la ciencia Mark A. Kalthoff, que criticó a tres "evolucionistas optimistas" estadounidenses de finales del XIX (LeConte, Ward y Abbott) que llegaron a extremos sorprendentes, e incluso extravagantes, en su afán concordista por integrar la evolución con la teología cristiana. Una interesante crítica al concordismo y una llamada de atención a no caer en errores del pasado.
Tras la cena tuvimos un tradicional "Ceilidh" escocés. Se trata de un baile, en el que todos pueden participar al compás de músicas tradicionales muy animadas. Se suelen formar grandes grupos en filas, corros, etc. que realizan toda suerte de movimientos y bailes, más o menos complicados según lo que los músicos interpreten.
El día 5 incluyó dos sesiones plenarias. La cuarta plenaria ("Espacio, tiempo y eternidad") se abrió con la intervención del bien conocido físico y pastor anglicano John Polkinghorne, "Espacio, tiempo y eternidad". Empezó hablando de la teoría de cuerdas y criticando la teoría de los multi-universos. Después dedicó una gran parte de su charla a hablar sobre el tiempo y Dios. Frente a la idea de un Dios fuera del tiempo de la teología clásica, él defendió la idea de lo que llamó la "teología abierta". Se trata de un Dios que, al crear, se ha auto-limitado, ha elegido voluntariamente interaccionar con el tiempo, de forma que Él conoce la historia de la misma manera que nosotros, en desarrollo. Esto no significa que Dios esté "atrapado" en el tiempo, por lo que criticó a la "teología del proceso".
John Polkinghorne
La investigadora de la NASA, Joan Centrella, habló después sobre "Agujeros negros binarios y ondas gravitacionales: abriendo nuevos horizontes en el universo". Se trató de una charla sumamente técnica, pero dada de una manera muy didáctica, de forma que consiguió entusiasmarnos con su investigación que se sitúa, literalmente, en las fronteras de la ciencia. Al final dio su testimonio cristiano, contando el abandono de la fe en su juventud y su posterior retorno cuando ya era una investigadora establecida.
Nigel Cameron, especialista en bioética y política biotecnológica, en su charla "Tecnologías emergentes y dignidad humana", lanzó una crítica a los defensores del "transhumanismo", que esperan con alegría toda suerte de beneficios maravillosos de la modificación del ser humano por diversas tecnologías, incluyendo algunas que hoy día pueden parecer ciencia-ficción.
Gareth Jones, catedrático de Anatomía en la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), en "Diseñadores del futuro" vino, en cierta manera, a dar la vuelta a esa visión más catastrofista, defendiendo que el ser humano ha sido ya modificado por la tecnología. El ejemplo que utilizó fue la vacunación en masa y la generalización de la higiene desde el siglo XIX, que han permitido que la edad media en Occidente se haya prácticamente doblado en menos de 200 años. Sin embargo, en la discusión posterior se argumentó en su contra que lo que se ha hecho es aumentar la edad "media", para llegar a algo naturalmente alcanzable por el ser humano en el pasado; pero no para llegar a algo que no haya existido previamente en la naturaleza...
Joe Perry, catedrático en el centro de investigación británico Rothamsted Research, y un destacado experto en plantas transgénicas, presentó una charla titulada "Cultivos biotecnológicos. ¿Dónde están las fronteras?", en la que hizo una defensa de la tecnología transgénica, frente a varias de las más comunes objeciones. Asimismo indicó el inminente incremento en los precios de los alimentos debido a la demanda de material biológico para modernas tecnologías como el biofuel, algo que ciertamente ya estamos empezando a sentir. También expuso los exhaustivos procesos que se siguen para la aprobación de estos controvertidos alimentos en la Unión Europea, en los que él participa activamente.
Y tras la cena, en esta última noche se proyecto la película "Amazing Grace" ("Sublime Gracia") que se estrenó en el mes de marzo. El título deriva de un famoso himno de finales del siglo XVIII compuesto por John Newton, ex-traficante de esclavos convertido en pastor anglicano. Esta película describe la lucha contra la esclavitud de una de las personas sobre las que él influyó, el diputado del parlamento británico William Wilberforce. En este año se celebra el 200 aniversario de su mayor triunfo, la abolición del comercio de esclavos en el imperio británico, hecho que influyó decisivamente en su posterior abolición en grandes áreas del mundo.
En paralelo a todas estas conferencias, existía la posibilidad de exponer posters. De esta forma el SEUT se hizo un pequeño hueco con mi póster titulado "De la anti-mitología de los profetas de Israel a la aparición de la ciencia moderna Occidental". En este póster expongo la influencia sobre la ciencia moderna de algunas de las ideas más originales de los textos de la creación del Antiguo Testamento, explorando en particular el legado de Filopón, científico y filósofo cristiano de Alejandría (siglo VI), muy poco conocido, cuyas ideas científicas se transmitieron hasta el mismo Galileo. También tracé paralelos entre el conflicto Cosmas vs Filopón sobre la esfericidad de la tierra en el siglo VI, y la polémica Bellarmino vs Galileo en el siglo XVI sobre el movimiento de la tierra, de los que he intentado extraer principios que puedan ser aplicables para unas relaciones ciencia y fe más constructivas. El texto de este póster disponible aquí en formato pdf.
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